Ser una familia inteligente es posible, incluso en circunstancias difíciles. Está al alcance de cualquier familia. Simplemente hay que analizar lo que se hace e introducir cambios en lo que no gusta, en lo que no funciona. Y empezar a mejorar, poco a poco. Cada uno a su ritmo, pero avanzando.
Este libro ayuda a quienes ejercer la función de educar a saber tomar decisiones para que niñas, niños y adolescentes aprendan a ser responsables. Explica una técnica sencilla que muestra cómo los adultos pueden decidir, para que sus hijas e hijos puedan decidir, a anticipar, a asumir las consecuencias de sus comportamientos. Una estrategia que ayuda a las familias a diferenciar cuando son ellos que los que tienen que tomar decisiones, cuando deben compartir las decisiones con los menores, y cuando dejar que sean estos los que tomen sus decisiones. Para manejar los conflictos, para prevenirlos. Para construir personas buenas, buenos ciudadanos. Para invertir en la infancia, en la educación, porque nos lleva a un crecimiento más sostenible.
Os recomiendo su página web y os dejo unas entrevistas:
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